La Biología Humana estudia la variabilidad biológica de la especie humana en el espa-cio y en el tiempo, analizando las causas determinantes de dicha variación (Pons, 1975). Incluye, por tanto, la caracterización de la diversidad de las poblaciones humanas, tanto morfológica como genética, su origen y evolución.

Tabla 1. Clasificación taxonómica de Homo sapiens
La especie humana (Homo sapiens) forma parte del Orden de los Primates (Tabla 1). Junto con el chimpancé (Pan sp.) y el gorila (Gorilla sp.) forman la Subfamilia Homininae, perteneciente a la familia Hominidae que también incluye al orangután (Pongo sp.), único representante vivo de la Subfamilia Ponginae.
La proximidad genética entre nuestra especie y el chimpancé justifica su agrupación en la tribu hominini. Según lesta clasificación, si nos referirnos a los homínidos estamos incluyendo a todos los antropoides clásicos (orangután, gorila, chimpancé y humanos), si nos referimos a los homíninos excluimos al orangután y si citamos a los homininos (Sb. F. Homininae) nos centramos en nuestra propia especie (humanos) y en nuestro más próximo pariente el chimpancé. En ocasiones, de forma incorrecta bajo este esquema taxonómico, se sigue utilizando la forma homínidos para referirse a los antecesores bípedos de nuestra especie, aunque conviene modificar esta práctica y utilizar el término hominininod (o simplemente hominini) para referirnos anuestroas ancestro después de la divergencia de nuestro linaje y el del chimpancé. El concepto de diversidad aplicado a la especie humana ha representado en el pasado un factor diferenciador y excluyente de las poblaciones humanas.
El concepto taxonómico de subespecie define una o más poblaciones de una especie que comparten una o varias características morfológicas o genéticas, que les diferencias de otras variedades de la misma especie. En general diferentes subespecies se encuentran separadas por barreras reproductoras, ya sean geográficas o biológicas, que favorecen su diversificación genética. Subespecie y población son conceptos que se tien-de a utilizar como sinónimos, aunque una población no constituye necesariamente una subespecie.

Figure 1. Mapa etnográfico de las poblaciones humanas en base a caracteres raciales y lingüísticos (Enciclopedia alemana Meyers Konversations-Lexikon, 1985-90).
Las poblaciones humanas actuales derivan de un proceso de diversificación que ha originado diferencias entre determinados grupos que son proporcionales al tiempo que han permanecido separadas. Sin embargo, todas las poblaciones humanas pertenecen a una única especie (Homo sapiens) sin que existan razas sensu estricto. Los factores diversificadores, ya sean hereditarios, ambientales o sociales, pueden originar diferencias en las frecuencias de los caracteres (morfológicos o genéticos), pero los caracteres que definen la especie humana, como el desarrollo intelectual, están presentes en todas sus poblaciones. En la actualidad las poblaciones humanas tienen un flujo génico constante que tiende a reducir las diferencias entre ellas y no existen barreras biológicas que las separen, aunque biología y cultura no siempre coinciden. Aún así, es posible distinguir diferentes poblaciones humanas por su pigmentación, estatura, corpulencia, rasgos faciales o incluso por las frecuencias de marcadores genéticos. El concepto de raza, aunque arrastra del pasado fuertes connotaciones sociales, es equivalente al de población. La tendencia a asociar población con unidad cultural (religión, lengua, historia, literatura, etc.) no siempre refleja la realidad biológica de las poblaciones humanas, que comparten determinados caracteres y que tienden a reproducirse en mayor medida dentro del grupo que respecto a otros grupos o razas.